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ESTUDIO DEL SÍNDROME DE DISFUNCIÓN CRANEOMANDIBULAR EN UNA POBLACIÓN ADOLESCENTE. (PARTE I): PREVALENCIA DEL SÍNDROME Y SUS FACTORES ETIOLÓGICOS.
Publicado el: 17/07/2008 10:31:30
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Amaya Echevarría Hernández*
Sofía Tomás Ballonga*
Mª Esperanza Sánchez Sánchez**

* Licenciada en Odontología
** Profesora Asociada del Departamento de Estomatología IV. Facultad de Odontología. UCM.  Doctora en Medicina y Cirugía

Correspondencia:
Amaya Echevarría Hernández

E-mail: giganteronchabichos@hotmail.com

RESUMEN


Un 93% de la población general presenta algún signo del Sínd

rome de Disfunción Craneomandibular (SDC); entre el 5% y el 13% muestran sintomatología significativa. En adolescentes, el porcentaje de aquéllos que  presentan esta patología es controvertido. El propósito de nuestro trabajo es estudiar, en una población adolescente, la prevalencia del SDC, y de una serie de factores implicados en su etiología como son la edad, el sexo, los hábitos parafuncionales, las maloclusiones,  tratamientos odontológicos iatrogénicos, posibles enfermedades sistémicas y la personalidad del paciente. Se pasó un cuestionario a 262 adolescentes que constaba de 26 ítems. El cuestionario se confeccionó adecuado a cada variable de manera que se consideró relevante la presencia de 3 o más ítems positivos. En el estudio participaron un número mayor de mujeres. La media de edad fue de 15,4 años. Un 16% padecía SDC teniendo como síntomas más frecuentes la sensibilidad dentaria, el dolor de cuello y el dolor de cabeza; un 70,6% presentó maloclusión; y un 55% mostró hábitos parafuncionales, siendo el más frecuente el consumo habitual de chicle, seguido del mordisqueo de bolígrafos y de uñas. Dada la elevada prevalencia de adolescentes con síntomas del SDC obtenida en nuestro estudio, así como de aquellos factores que se consideran relacionados con su aparición, consideramos importante realizar un diagnóstico y tratamiento lo más precoz posible para prevenir el desarrollo del SDC con la edad.

INTRODUCCIÓN 

El otorrinolaringólogo James Costen hace mención por primera vez del Síndrome de Disfunción Craneomandibular (SDC) en 1934 describiendo que reúne varios síntomas y signos que denotan la disfunción de la ATM (1, 2). Este síndrome fue descrito inicialmente como una neuralgia, caracterizado por otalgia, tínnitus, ocasionalmente vértigos, sordera catarral, cefalea e hipersensibilidad de la ATM (3,4).


Costen fue el pionero que alertó a los profesionales médicos y dentistas sobre esta patología. Demostró que el dolor de oídos, de cabeza y de cuello se podían eliminar corrigiendo la mordida incorrecta y aliviando el exceso de presión sobre la ATM "abriendo la mordida" con aparatos intraorales (5).


Desde ese año 1934 hasta la actualidad estos síntomas han recibido muchos nombres pero no ha habido una definición estándar ni ha sido bien diagnosticado ni tratado. Algunas denominaciones que se le han dado son: disfunción témporomandibular, trastornos témporomandibulares y  síndrome doloroso miofacial, (6, 7, 8). Nosotros hemos elegido el término SDC porque nos parece más preciso.


El SDC comprende distintos cuadros patológicos derivados de la alteración en la relación entre los diferentes componentes del aparato estomatognático y puede  manifestarse con una clínica extensa y variada (9, 10).


Okeson define el SDC como un extenso grupo de trastornos o enfermedades músculo-esqueléticas derivadas de las estructuras masticatorias (11).


Cabe destacar la dificultad que entraña establecer la prevalencia e incidencia de los trastornos cráneomandibulares debido a la diversidad de criterios diagnósticos utilizados en los distintos estudios epidemiológicos (6,7). Los trabajos revisados encuentran diferentes porcentajes de frecuencia (12, 13,14). 


En relación con la edad de aparición de este síndrome, hay también varias opiniones. Algunos autores exponen no haber encontrado diferencias importantes entre los distintos grupos de edades (15) o encuentran una mayor prevalencia en rangos de edad muy distintos (7,16). Otros trabajos indican que se presenta tanto en niños como en adultos.


Una mayor prevalencia en mujeres de dicho síndrome ha sido referida por numerosos autores (12, 17, 18). Otros mencionan que su prevalencia es mayor en mujeres entre 25-65 años con empeoramiento en período premenstrual (16,19).


Según Carlsson, el porcentaje de mujeres es considerablemente mayor que el de hombres, situándose en torno al 70-90% (12); asimismo, los datos indican que las pacientes femeninas presentan sintomatología más frecuente y de mayor gravedad, así como mayor tendencia a la cronicidad (6).


Estos trastornos  funcionales del aparato estomatognático pueden darse en niños en dentición primaria pero no son bien diagnosticados por lo que se convierten en SDC (20).
La Asociación de Pediatría de Atención Primaria advierte que es un problema muy frecuente y que suele manifestarse en la adolescencia.


En cuanto a la etiología de este trastorno, los autores coinciden en señalar que es multifactorial y no está aún muy clarificada (21, 22, 23). Se ha hablado de factores etiológicos generales (enfermedades metabólicas, infecciosas...) que disminuyen la resistencia biológica del sistema estomatognático; factores dentarios o disarmonías oclusales, cuando hay una falta de relación entre la posición condilar ideal o relación céntrica y la posición oclusal de máxima intercuspidación (por alteraciones de la erupción dentaria, traumatismos, pérdidas dentarias, tratamientos iatrogénicos, etc); y  la tensión psíquica, que va a producir una somatización en el sistema estomatognático, tratando el paciente de eliminar mediante una hiperactividad muscular (parafunción) su disarmonía oclusal (24).


En lo que coinciden prácticamente todos los trabajos es que el SDC no supone un problema significativo de salud pública. De su elevada prevalencia, así como de las repercusiones anatomofuncionales, psicológicas, sociales y económicas que conlleva se deriva la importancia del diagnóstico y tratamiento lo más precoz posible del SDC (12, 11).

OBJETIVOS


Por todo ello en este trabajo nos hemos planteado la siguiente hipótesis de partida:
"¿El SDC es un problema de salud oral en la población adolescente objeto de nuestro estudio? ¿Cuál es la prevalencia de  las variables o factores etiológicos que inciden en este síndrome en dicha población?"

Nuestros objetivos serían:

1.-Objetivos generales
1.1.- Diagnosticar el estado de salud en SDC en una población adolescente.
1.2.- Establecer probabilidades de afectación del SDC y de sus factores de riesgo en dicha población.

2.-Objetivos específicos
2.1.- Establecer la prevalencia del SDC en esta población adolescente.
2.2.- Determinar la prevalencia de hábitos parafuncionales en nuestra muestra.
2.3.- Conocer la prevalencia de maloclusión en dicha muestra.
2.4.- Estudiar la frecuencia de otros factores que pueden desencadenar el SDC en nuestra población, enfermedades sistémicas, personalidad nerviosa y tratamientos odontológicos del adolescente.

MATERIAL Y METODO:

Material:

1.- Material humano: han participado en nuestro estudio 262 alumnos del IES. Universidad Laboral de Toledo, distribuidos en seis cursos (de 1º ESO a 2º Bachillerato), de los cuales 132 fueron mujeres, 105 varones y 25 no contestaron. Las edades de la muestra estaban comprendidas entre los 12 y 20 años.


2.- Cuestionario: Para el estudio sistemático de los adolescentes se confeccionó un cuestionario que constaba de 26 ítems (Gráfica 1) con preguntas referentes a:

  • datos de filiación (edad, sexo y curso),
  • síntomas más característicos del SDC (rechinamiento dentario y momento del mismo (día o noche), cefaleas tres o más veces por semana y momento del día en que aparecen, dolor mandibular, dolor de cuello, dolor de oídos (cuál y desde cuando), presencia de ruidos o chasquidos en los oídos al abrir o cerrar la boca, limitación y dolor al abrir o cerrar completamente la boca, presencia de acúfenos y sensibilidad dentaria).
  • otros parámetros que aparecen en la bibliografía consultada como causantes del SDC:
    • Hábitos parafuncionales reflejados en las siguientes variables: succión digital, onicofagia, morder bolígrafos, morderse los labios, deglución infantil, consumo habitual de chicle (tres o más veces por semana) y masticación unilateral.

    • Maloclusiones: Para evaluar la maloclusión se incluyeron preguntas relacionadas con posibles alteraciones esqueléticas o dentarias durante el desarrollo y que fueron: parto patológico,  lactancia artificial y tiempo de duración, uso de chupete más de dos años, respiración bucal, operado de vegetaciones,  tratamientos odontológicos recibidos (tipo  de tratamiento), tratamientos ortodóncicos recibidos y alteraciones esquelético- dentarias familiares.

    • Tratamientos odontológicos realizados. 

    • Enfermedades sistémicas del alumno que puedan afectar al aparato estomatognático.

    • Personalidad nerviosa.

Método:

1.- Realización del estudio: cuestionario.
Una vez elegidos los alumnos que participarían en el trabajo, se pidió a los padres de dichos alumnos que rellenaran el cuestionario con preguntas relativas a la salud oral de su hijo. Se les requirió para entregarlos como máximo en una semana y se les explicó que era un cuestionario anónimo.
Algunos participantes en el estudio se eliminaron por diferentes causas: falta de interés, no entregar el cuestionario a tiempo, etc.

2.- Tratamiento de la información, análisis y estudio estadístico de los datos.
Los datos recogidos fueron introducidos en una base de datos para realizar un análisis estadístico descriptivo con el programa SPSS 15.

3.- Obtención de frecuencias y porcentajes de las siguientes variables: sexo y edad, maloclusiones, hábitos parafuncionales, SDC, enfermedades del alumno, tratamientos odontológicos realizados y personalidad nerviosa.
El cuestionario se confeccionó adecuado a cada variable de manera que se consideró relevante la presencia de 3 o más ítems positivos.

RESULTADOS

Edad y sexo:


En nuestro estudio participaron un total de 262 adolescentes de los cuales 132 fueron mujeres, 105 hombres y 25 no contestaron a este ítem.

Siendo los porcentajes obtenidos respecto al total de un 55.7% de participación del género femenino y de un 44.3% de participación del género masculino.

Los cursos participantes fueron desde 1ºEso hasta 2ºBachillerato, obteniéndose la máxima participación en 3ºEso (Tabla 1).

El participante de menor edad tenía once años y nueve meses y el de mayor edad  veinte años y ocho meses. La media de edad de la muestra fue de quince años y cuatro meses.


Variables de maloclusión:


La variable de maloclusión más frecuente fue el porcentaje de adolescentes cuyos familiares llevaron ortodoncia, seguido de los adolescentes que habían recibido o estaban en  tratamiento de ortodoncia y de aquéllos que presentaban respiración oral (Gráfica 2).

Se consideró que el adolescente presentaba una maloclusión si 3 o más ítems anteriormente mencionados eran positivos, según lo cual un 70.6% presentó maloclusión.

Variables de hábitos parafuncionales:


La información recogida respecto a la presencia de hábitos parafuncionales incluyó:

El consumo habitual de mascar chicle que fue el más frecuente, seguido del mordisqueo de bolígrafos y de onicofagia. (Gráfica 3)

Aquellos pacientes con 3 o más hábitos parafuncionales constituyeron un 55%. 

Variables del Síndrome de disfunción craneomandibular:


Los 3 síntomas que se presentaron en mayores porcentajes fueron los siguientes: sensibilidad dentaria, dolor de cuello y dolor de cabeza. Todos los datos aparecen en la gráfica 4.
Según nuestros datos un 16% de los adolescentes presentó 3  o más  de los síntomas característicos de SDC.

DISCUSIÓN:


En nuestro trabajo participaron mayor número de mujeres (55.7%) que de hombres (44.3%), al igual que en otros artículos consultados. Por ejemplo,  en el artículo de Nebbe participaron 61.3% mujeres y 38.7% hombres, y en el de Yamada 79.3% mujeres y 20.7% hombres. Pensamos que podría deberse a una mayor colaboración de este sexo a la hora de participar, así como en este caso concreto a una mayor responsabilidad por parte de las alumnas en cumplimentar el cuestionario (25, 26).

La prevalencia del SDC  en la población general varía según los autores. Para Carlsson un 93% presenta algún síntoma del trastorno, mientras que entre el 5% y el 13% muestran sintomatología clínicamente significativa (12). Sin embargo en otro estudio analizado, la prevalencia de SDC fue de  46.7% (27). Estas diferencias se podrían atribuir a la heterogeneidad de la sintomatología que se agrupa bajo el término «trastorno témporomandibular» y a la disparidad de criterios a la hora de definir qué se entiende por SDC.

Según la Asociación de Pediatría de Atención Primaria aproximadamente el 75% de la población general tiene al menos un signo clínico de esta disfunción como ruidos, desviación mandibular o bloqueo. Alrededor de un 33% tiene síntomas como dolor o limitación funcional.
Otros trabajos afirman que el que esta disfunción sea tan frecuente no quiere decir que en todos los casos necesite tratamiento, pues sólo un 5-6 % lo necesitan. Los demás afectados padecerán casos leves e incluso transitorios (13, 14).

Con respecto a la prevalencia de este síndrome en adolescentes, en un trabajo realizado por Poveda Roda et al. se demostró que alrededor del 7% de la población entre 12 y 18 años es diagnosticada de dolor-disfunción mandibular. Rigoldi en su trabajo sobre  la prevalencia de signos y síntomas de disfunción témporomandibular en adolescentes encuentra unos porcentajes parecidos (7). En nuestro estudio realizado en alumnos de entre 12 y 20 años, un 16% ha presentado 3 o más síntomas del SDC.  El hecho de que en nuestra muestra la prevalencia sea tan elevada podría deberse a que los síntomas reseñados por nosotros dentro del SDC pueden estar causados también por otras patologías distintas al síndrome que no han podido ser confirmadas con la exploración clínica.
Nuestros resultados muestran que el síntoma más frecuente de SDC es la sensibilidad dentaria, aunque pensamos podría deberse más  a la presencia de caries que a la existencia de un SDC, dada la edad de la muestra. Los siguientes síntomas más frecuentes fueron el dolor de cuello con un porcentaje del 25.4% y el dolor de cabeza (17.8%). En el trabajo de Tapias MA. et al el signo más frecuente fue el chasquido (35.4%) (27). Al igual que en el estudio realizado por Conti A. (15.5%) seguido por el dolor de cabeza con un 13%. (19).

En el trabajo realizado por Rigoldi en 217 niños entre 12 y 18 años, los síntomas más frecuentes fueron los chasquidos (26.72%) y el dolor de cabeza (21.65%) (7).

Nosotros hemos obtenido una frecuencia de chasquidos fue de 7.8% y de  cefaleas de 17.8%.
En nuestra población de estudio el 70.6% presentó maloclusión. Este porcentaje está en concordancia con el  obtenido por Keski Nisula K. (67.7-92.7%), en cuyo trabajo se analizó la oclusión de 489 niños (28).

La prevalencia del uso del chupete entre los 0 y 24 meses encontrada en nuestro estudio fue de un 16,3%. Un estudio realizado en Nueva Zelanda, obtuvo unos resultados parecidos aunque un poco inferiores a los nuestros (10.4%).  Se cree que la razón de este bajo porcentaje era que las madres preferían ofrecer al lactante el pecho en lugar del chupete (29). En cambio en un trabajo sobre 22188 lactantes brasileños, la prevalencia del uso del chupete fue de un 61.3%. Pensamos que esto es debido a que se incluyó a todos aquéllos que habían llevado chupete desde los 0 a los 4 meses  (30).

A pesar de estas diferencias, existen evidencias que demuestran que el empleo de chupete está aumentando (29).

Respecto a la onicofagia, hay estudios que reflejan que un 45% de los niños se muerden las uñas durante la pubertad, siendo en nuestro estudio de un 53.4%.

El consumo de chicle en nuestra muestra es del 67% siendo en la población española de entre 16 y 25 años del 78.3%, consumiendo de media medio kg/año (31).

La Sociedad Española de Psiquiatría estima que alrededor del 40% de los niños están estresados, entre otras causas por su acelerado ritmo de vida (32). En nuestro estudio un 37.1% de los adolescentes presentaban una personalidad nerviosa. Son porcentajes muy elevados y este factor se debe tener muy en cuenta a la hora de valorar la evolución y grado de gravedad del SDC en adolescentes.

CONCLUSIONES:


1.- Hemos obtenido una mayor participación del sexo femenino que del masculino.
2.- La variable de maloclusión más frecuente  fue el porcentaje de adolescentes cuyos familiares llevaron ortodoncia siendo éste de  un 41.1%.
3.- Si consideramos aquellos adolescentes que presentaron 3 o más síntomas de maloclusión,  el porcentaje fue de 70.6%.
4.-La variable más destacable respecto a los hábitos parafuncionales fue el consumo habitual de chicle presentándose en el 67% de los adolescentes
5.- Aquellos pacientes con 3 o más hábitos parafuncionales constituyeron un 55%.
6.- El síntoma más destacable en relación a las variables del SDC fue la sensibilidad dentaria.
7.- Un 16% de los adolescentes presentaron 3  o más  de los síntomas característicos de SDC.

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31. Fernández S. España, amos del chicle. El mundo. Domingo 24 de mayo 1998.
32. Página Web de la Sociedad Española de Psiquiatría.

 

 

Paciente Nº......

Este  cuestionario nos servirá de gran ayuda para conocer la salud buco-dental de su hijo/hija.

Por favor, dibuje un círculo alrededor de la respuesta que considere más adecuada.

Tenga en cuenta que todas las preguntas se refieren a su hijo/hija.

Si usted está  interesado, le proporcionaremos la información que obtengamos.

Edad:....años y ... meses

Sexo:

Curso:

1.- ¿El parto fue normal?                            

Si / No

2.- ¿Lactancia artificial?                             

Si, ¿Cuánto tiempo?

No

3.- ¿Usó chupete?                                       

Si, ¿Cuánto tiempo?

No

4.- ¿Padece alguna enfermedad?              

Si, ¿Cuál?

No

5.- ¿Se chupa  los dedos?                          

Si / No

6.- ¿Se muerde las uñas?                           

Si / No

7.- ¿Muerde bolígrafos?                             

Si / No

8.- ¿Se muerde los labios?                                                

Si / No

9.- ¿Rechina los dientes?                           

Si, durante el día o durante la noche

No

10.- ¿Al tragar, se ve o mete la lengua entre los dientes anteriores?    

Si / No

11.- ¿Come chicle tres o más veces por semana? 

Si / No

12.- ¿Por qué lado mastica habitualmente?

 Derecho / Izquierdo / Ambos

13.- ¿Respira habitualmente por?                

Boca / Nariz / Ambas

14.- ¿Le han operado de vegetaciones?    

Sí / No

15.- ¿Le han realizado algún tratamiento odontológico? 

Sí, ¿Cuál?

No

16.- ¿Está, ha estado o tiene previsto comenzar un tratamiento ortodóncico? 

Sí / No

17.- ¿Alguno de los familiares allegados al niño presenta algún problema ortodóncico?

Sí / No

18.- ¿Considera a su hijo/a un niño nervioso?

 Sí / No

19.- ¿Le duele  la cabeza tres o más veces por semana? 

Sí,  al levantarse / en otro momento

 No

20.- ¿Le duele  la mandíbula?

 Sí / No

21.- ¿Le duele el cuello?

Sí / No                                   

22.- ¿Le duelen los oídos? 

Sí, ¿cuál?                              ¿desde cuándo?

No

23.- ¿Presenta ruidos o chasquidos en los oídos al abrir o cerrar la boca?   

Derecho / Izquierdo / No

24.- ¿No puede abrir o cerrar completamente la boca y que al intentarlo le duele?

 Sí / No          

25.- ¿Tiene acúfenos?. Los acúfenos son un timbrazo, susurro, rugido, siseo, sonido púlsatil, zumbido o silbido constante en los oídos, 24horas al día o alternativamente durante momentos determinados, sin causa objetiva discernible. Y que solamente lo oye el que lo padece.

Sí / No

26.- ¿Nota los dientes sensibles? 

Sí / No

Gráfica 1: Cuestionario

 

 

Frecuencia

Porcentaje válido

Válidos

1B

35

13.4

1E

43

16.4

2B

43

16.4

2E

48

18.3

3E

52

19.8

4E

41

15.6

Total

262

100.0

Tabla 1: Porcentajes de participación según el curso.

 

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Publicado el: 17/07/2008 10:31:30

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