ESTUDIO DEL SÍNDROME DE DISFUNCIÓN CRANEOMANDIBULAR EN UNA POBLACIÓN ADOLESCENTE. (PARTE II): RELACIÓN CON SUS FACTORES ETIOLÓGICOS.
Publicado el: 17/07/2008 10:52:08

Mª Eugenia Delgado Ortiz de Urbina*
Cristina Tordera González*
Mª Esperanza Sánchez Sánchez**

* Licenciada en Odontología
** Profesora Asociada del Departamento de Estomatología IV. Facultad de Odontología. UCM.  Doctora en Medicina y Cirugía

Correspondencia:
Mª Eugenia Delgado Ortiz de Urbina

Email: mariuski_17@hotmail.com

RESUMEN


La existencia de una etiología multifactorial y la heterogeneidad de la sintomatología que se agrupa bajo el término « Síndrome de Disfunción Craneomandibular (SDC) », han dificultado el avance de la investigación en este campo. Los autores coinciden en que es un trastorno muy frecuente y que puede manifestarse en la adolescencia.  El propósito de este estudio es analizar, en una población adolescente, la relación entre la sintomatología más característica del SDC  y algunas variables implicadas en su etiología como la edad, el sexo, los hábitos parafuncionales, las maloclusiones, los tratamientos odontológicos realizados, las posibles enfermedades del adolescente y la personalidad nerviosa. Se confeccionó  un cuestionario con  26 ítems que se distribuyeron a 262 adolescentes. Con los datos obtenidos se realizó un estudio estadístico analítico. Fueron estadísticamente significativos los siguientes resultados: una prevalencia elevada del SDC en mujeres; aumento de  hábitos parafuncionales  en adolescentes con  un mayor número de síntomas del SDC; los adolescentes con SDC presentaron un mayor porcentaje de personalidad nerviosa;  se encontró una correlación  entre el SDC y los mantenedores de espacio. Sería de gran interés realizar posteriores estudios que nos permitan aclarar todas estas cuestiones y, de esta forma, poder prevenir el desarrollo del síndrome con la edad.

INTRODUCCIÓN


El Síndrome de Disfunción Craneomandibular (SDC) comprende distintos cuadros patológicos derivados de la alteración en la relación de idoneidad entre los diferentes componentes del aparato estomatognático, y puede manifestarse con una clínica extensa y variada. Si el organismo se adapta al cambio sin la aparición de sintomatología, se dice que el paciente está compensado y si por el contrario, presenta signos, está descompensado (1).

Okeson  lo define como un extenso grupo de trastornos o enfermedades músculo-esqueléticas derivadas de las estructuras masticatorias (2).

Fue descrito inicialmente como una neuralgia, caracterizado por otalgia, tínnitus, ocasionalmente vértigos, sordera catarral, cefalea e hipersensibilidad de la ATM (3, 4), y desde 1934 hasta la actualidad estos síntomas han recibido muchos nombres pero no ha habido una definición estándar ni ha sido bien diagnosticado ni tratado.

La Asociación de Pediatría de Atención Primaria en su página oficial advierte que es un problema muy frecuente y que suele manifestarse en la adolescencia (5).

Hay autores que afirman que muchos problemas en estas edades son transitorios y que se deben al crecimiento y remodelación articular, y que no tienen porqué evolucionar a patología (6, 7, 8).

Los signos más frecuentes en adolescentes son los sonidos articulares, limitación de los movimientos mandibulares, y el dolor muscular y articular. Dentro de los síntomas están el dolor de cabeza, los sonidos articulares, el bruxismo, las dificultades de apertura oral, dolor mandibular y facial (6).

Muchos de estos signos pueden aparecer en la dentición primaria pero no se suelen diagnosticar debido en parte a que suelen ser débiles o moderados (por la mayor capacidad de adaptación de su sistema masticatorio y musculatura orofacial) y a que los pacientes no se quejan (9, 10).

En cuanto a la etiología del trastorno, los primeros planteamientos  partieron de la hipótesis de que la oclusión alterada era el precursor del mal funcionamiento de la articulación témporomandibular, así como de los músculos asociados (11, 12). A partir de la década de los 50, el estrés y el estado psicológico tomaron protagonismo (13, 14, 15). Finalmente, dada su prevalencia en pacientes con SDC, han adquirido importancia otros factores, como los hábitos parafuncionales (16, 17, 18). Con todo, la relación entre estos factores y el trastorno es parcial, ya que únicamente pueden explicar por sí solos un porcentaje limitado de los casos. En esta línea, las últimas formulaciones optan por considerar una etiología multifactorial (12, 19), aún no clarificada (14), en la que los factores contribuyentes, así como el peso de los mismos, varían en función de cada paciente (20).

Otras causas pueden ser malformaciones congénitas en las estructuras de la cara, traumatismos tanto agudos como crónicos y enfermedades degenerativas de la ATM (5).

Es un tema controvertido, en el que actualmente no hay ningún consenso. Existe  bastante desconocimiento en cuanto a la prevención,  diagnóstico y tratamiento de este síndrome (5).

OBJETIVOS

Dado que cada día son más frecuentes los casos de SDC en adolescentes, en este trabajo nos planteamos estudiar, en este tipo de  población, la relación existente entre el SDC y los distintos posibles factores etiológicos que en él inciden. Nuestros objetivos son los siguientes:

1.-Objetivos generales
1.- Diagnosticar el estado de salud en SDC en una población adolescente.
2.- Establecer la correlación existente entre la sintomatología del SDC y sus factores etiológicos en la población adolescente objeto de estudio.

2.-Objetivos específicos
2.1.- Establecer la relación entre los síntomas más característicos del SDC y la edad y sexo de los adolescentes.
2.2.- Determinar si existe correlación entre los síntomas del SDC y los hábitos parafuncionales.
2.3.- Investigar la correlación entre los síntomas del SDC y la maloclusión.
2.4.- Estudiar si existe correlación entre los síntomas del SDC y una personalidad nerviosa
2.5.- Comprobar si existe correlación entre los síntomas del SDC y las enfermedades que presenten los adolescentes.
2.6.- Analizar la correlación entre los síntomas del SDC y los tratamientos odontológicos realizados.


MATERIAL Y MÉTODO

Para la realización de la investigación confeccionamos un cuestionario, distribuyéndose 1000 copias entre los alumnos de los diferentes cursos del  IES. Universidad Laboral de Toledo. Nos fueron entregadas 262, que correspondían a 132 mujeres y 105 varones (25 no contestaron), de edades comprendidas entre 12 y 20 años, desde 1º ESO a 2º Bachillerato.

No se pudo realizar una exploración clínica a los participantes al negarse la dirección del centro.

El cuestionario consistía en un total de 26 ítems, desglosados en:

  • Datos de filiación: edad, sexo y curso.
  • Síntomas más característicos del SDC: rechinamiento de dientes, cefalea, dolor mandibular, dolor de cuello, dolor de oídos, ruidos o chasquidos al abrir y cerrar la boca, incapacidad y dolor para abrir y cerrar la boca, acúfenos, y sensibilidad dentaria.
  • Otros parámetros que figuran en la bibliografía consultada como causantes del SDC:
    • Hábitos parafuncionales: chuparse los dedos, onicofagia, morder bolígrafos, morderse los labios, deglución infantil, masticar chicle,  masticación unilateral.
    • Maloclusiones: parto patológico, lactancia artificial, uso de chupete (más de 2 años), respiración oral, operado de vegetaciones, tratamientos ortodóncicos y familiares con problemas ortodóncicos.
    • Tratamientos odontológicos que podrían influir en el desencadenamiento de un SDC si no han sido correctamente realizados.
    • Enfermedades del adolescente que pueden afectar al sistema estomatognático.
    • Personalidad nerviosa.

 

Se dio instrucción de que fueran los padres de los alumnos quienes rellenaran el cuestionario, dándoles un máximo de una semana para cumplimentarlo.

Una vez recopilados los cuestionarios, se introdujo la información en una base de datos y se procesó mediante el programa SPSS 15.

Se analizó la correlación existente entre las variables edad-SDC, sexo-SDC, hábitos parafuncionales-SDC, maloclusiones-SDC, tratamientos odontológicos realizados-SDC, enfermedades del adolescente-SDC y personalidad nerviosa-SDC. Cuando una variable constaba de varios ítems se buscó también la relación entre cada uno de los ítems y el SDC.

En nuestro estudio hemos considerado que el adolescente presentaba una variable cuando respondía afirmativamente a 3 o más ítems relativos a la misma.

La asociación entre dos variables categóricas se analizó con la tabla de contingencia y el contraste de chi-cuadrado, y la relación entre edad y las variables categóricas con el contraste t de Student.

Estadísticamente hemos considerado como valor significativo una p< 0,05 y que existía tendencia a la significación cuando la p estaba comprendida entre 0,05 y 0,1.


RESULTADOS

Tras interpretar los datos obtenidos en cuanto a la edad, no hemos encontrado una relación estadísticamente significativa entre la edad y el SDC en su conjunto (es decir aquellos pacientes que tenían 3 o más síntomas de SDC). Sí hemos obtenido una relación estadísticamente significativa entre la edad y los ruidos o chasquidos en las ATMs, de forma que a mayor edad, mayor era la incidencia de este síntoma. Se observó una tendencia del incremento del dolor de cuello, dolor mandibular y acúfenos  con la edad, y no encontramos significación alguna entre el aumento de la edad y el resto de los síntomas del SDC, tales como el rechinamiento, dientes sensibles y el dolor cabeza, de oídos y al abrir-cerrar boca  (Tabla 1).

Al analizar la influencia del sexo en el SDC considerado en su conjunto, hay una clara evidencia de una mayor prevalencia en mujeres, siendo estadísticamente significativa la diferencia. Nuestros resultados no muestran evidencias significativas de ninguno de los síntomas del SDC dependiendo del sexo, pero sí una tendencia de mayor padecimiento de dolor de cuello en mujeres (tabla 2).

Respecto a la maloclusión, habiendo considerado que un adolescente tiene alterada la oclusión cuando tres o más de los ítems de esta variable son positivos, no encontramos en nuestro estudio mayor incidencia ni del SDC ni de ninguno de sus síntomas. Sin embargo, analizando el uso del chupete, que es uno de los ítem que probablemente más preocupa a las madres en cuanto a si su uso puede motivar el desarrollo de alteraciones oclusales, hemos visto que en aquellos adolescentes que referían haberlo usado durante más de dos años, hay mayor tendencia al desarrollo del SDC, sin llegar a ser estadísticamente significativo (p=0.074).

La presencia de hábitos parafuncionales (HP) tiene una correlación significativa muy alta  con una mayor incidencia de dolor de cuello, acúfenos y dolor al abrir y cerrar la boca. Hay tendencia a tal correlación con el dolor mandibular. Relacionando los hábitos parafuncionales con el SDC, también se ha visto que existe una elevada relación significativa. (Tabla 3)

Ninguna de las enfermedades que refirieron los adolescentes (alergia, asma, hipercolesterolemia, hipotiroidismo, miocardiopatia, sinusitis, talasemia) evidencia relación alguna con mayor incidencia del SDC o con alguno de sus síntomas.

La personalidad nerviosa, presentó también una alta significación con una mayor incidencia de dolor mandibular, dolor de cabeza, acúfenos y dolor de cuello, existiendo una tendencia al incremento del rechinamiento. La correlación entre la personalidad nerviosa del adolescente y el SDC fue estadísticamente muy significativa  (Tabla 4).

En cuanto a los tratamientos odontológicos (tabla 5), solamente encontramos una relación  significativa entre los mantenedores de espacio y el SDC.

 

DISCUSIÓN


A pesar del sesgo que presenta utilizar un cuestionario para una investigación, tenemos que destacar la gran congruencia de todos los resultados de nuestro estudio con una alta significación estadística en algunas de las correlaciones.

La bibliografía revisada coincide con nuestro estudio en que es un síndrome escaso en la población infantil, que aumenta con la edad (21, 22, 23, 24).

Nuestro estudio está de acuerdo con otros autores en que es más frecuente y severo en mujeres, barajándose como posibles causas, que se ofrecen a estudios y solicitan más tratamiento que los hombres, factores hormonales y  menor tolerancia al dolor, tanto por reducción del umbral o por aumento de la sensibilidad al mismo (25).

Según Tapias Ledesma parece existir un aumento de los signos y síntomas del SDC en mujeres tras la pubertad y en el periodo premenstrual y establece la relación en 2:1 a favor de las mujeres (21).

Al tratar de determinar la influencia de la maloclusión en la etiología del SDC, no hemos encontrado una correlación significativa entre estas dos variables. Otros autores tampoco han hallado ninguna relación entre maloclusión y SDC en pacientes que precisan tratamiento ortodóncico (26, 27, 28, 29). Sin embargo algunos coinciden en señalar las maloclusiones como un factor etiológico importante del SDC (30, 31), aunque débil (7, 12, 21), al que se añaden otros factores desencadenantes como el estrés, la ansiedad, la depresión, y los hábitos parafuncionales.

Otros trabajos han encontrado una correlación significativa entre la sintomatología del SDC y las maloclusiones moderadas o graves, no así con las leves (32).

Hay autores que confirman no poder establecer una relación inequívoca, salvo en las disarmonías entre relación céntrica y máxima intercuspidación, y casos de mordida cruzada unilateral (33). Otros factores oclusales que se piensa que influyen en el desarrollo del síndrome son: las discrepancias en la línea media de 2 mm o más, la existencia de escasos contactos durante la máxima intercuspidación, las interferencias en el lado de no trabajo y el resalte de 5 mm o más (25, 34).

De otros estudios se desprende que las maloclusiones pueden ser el efecto más que la causa del SDC  (11).

Probablemente las discrepancias entre los distintos trabajos se deban a los diferentes criterios que utiliza cada autor para definir qué se entiende por maloclusión y por SDC. Por otro lado, en nuestro estudio no hemos podido realizar una exploración clínica para poder diagnosticar correctamente si el adolescente presentaba o no maloclusión.

Al igual que nuestro trabajo, numerosos estudios avalan la correlación entre la existencia de hábitos parafuncionales y mayor incidencia de SDC y de su sintomatología (34, 35, 18).

Rodríguez Vázquez (32), sin embargo, no encuentra ninguna relación entre SDC y HP,  pudiendo deberse este dato al empleo de una metodología diferente y de una muestra poco representativa.

Hay autores que dan gran importancia al hábito de masticar chicle en el desarrollo del SDC (36, 37, 38), y más si es unilateral (39), pero nosotros no hemos encontrado una correlación entre el hábito de masticar chicle y una mayor sintomatología de SDC.

Un autor que habló de la influencia del hábito de la masticación unilateral, en la génesis de este síndrome fue Ramfjord, quien afirma que la preferencia por patrones habituales de masticación unilateral es, frecuentemente, el resultado de la adaptación a interferencias oclusales o a padecimientos dentales y periodontales que trastornan el patrón normal de oclusión (40). Nuestros resultados no muestran dicha relación entre SDC y la masticación unilateral, quizás porque todavía no ha dado tiempo a que se instauren patrones de adaptación.

En nuestro estudio hemos encontrado una gran significación estadística entre la personalidad nerviosa y el SDC. Parece haber unanimidad de criterios en los estudios referentes a este tema (10, 34, 41), concluyéndose que aquellas personas con  trastornos psicológicos tienen tres veces más riesgo de padecer SDC (25).

En cuanto a los tratamientos odontológicos, en nuestro trabajo, ninguno parece tener una relación significativa con el SDC, salvo los mantenedores de espacio (p= 0.006). Este resultado en principio parece contradictorio ya que el objetivo de estos dispositivos es mantener el diámetro mesiodistal de piezas ausentes, evitando mesializaciones y distalizaciones de dientes adyacentes, extrusión de antagonistas, etc. y  en definitiva prevenir el establecimiento de una maloclusión y, por tanto, del SDC. Pensamos que este dato podría explicarse por la aparición de prematuridades y/o interferencias en aquellos casos de un mal uso de estos mantenedores de espacio.

Hay una gran controversia en la influencia del tratamiento ortodóncico en el desarrollo del SDC. Estamos de acuerdo con Luther (2007) en que faltan estudios bien diseñados que nos permitan tener una evidencia científica sobre si el tratamiento ortodóncico es causante del SDC (19). Nuestros resultados no han podido relacionar estas dos variables.

Según Egermark (30), el tratamiento ortodóncico realizado durante la adolescencia no incrementaría ni disminuiría las posibilidades de desarrollar el síndrome más tarde y, en todo caso, lo mejoraría.

Según otros autores, si el tratamiento ortodóncico se realiza sobre un paciente, en el que el síndrome ya está instaurado, ni lo mejora ni lo empeora (34, 42, 43, 44), aunque Fujita ha encontrado un agravamiento del dolor y sonidos articulares, y de la restricción de la apertura oral (37).

Algunos estudios afirman que el tratamiento ortodóncico puede influir débilmente en el agravamiento o iniciación del SDC (8, 45), aunque estudios longitudinales han demostrado la reducción de los signos en pacientes portadores de ortodoncia (9).


CONCLUSIONES

1) A pesar de las limitaciones de utilizar un cuestionario para estudiar este tipo de patología, hemos de destacar la gran congruencia de todos nuestros resultados, existiendo  una alta significación estadística en algunas de las correlaciones.
2) Existe una tendencia al aumento del SDC con el incremento de la edad, siendo estadísticamente significativo en el caso de los ruidos y chasquidos.
 3) La prevalencia del SDC es mayor en mujeres, siendo el síntoma más referido el dolor de cuello.
4) Los  síntomas de SDC no estaban relacionados con  una mayor presencia de maloclusión.
5) Los adolescentes con un mayor número de síntomas de SDC  (sobre todo dolor de cuello, acúfenos y  dolor mandibular), presentaban más  hábitos parafuncionales y también una mayor frecuencia de personalidad nerviosa.
6) Existe una correlación estadísticamente significativa entre el SDC y los mantenedores de espacio.
7) A la vista de nuestros datos sobre el SDC en adolescentes  creemos que sería de gran interés realizar posteriores estudios que nos permitan aclarar todas estas cuestiones y, de esta forma, poder prevenir el desarrollo del síndrome con la edad.

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