COMUNICACIÓN BUCOSINUSAL TRAS EXTRACCIÓN DENTARIA |
Publicado el: 30/07/2015 16:58:56 |
Pérez Jiménez, Esther (Máster en Salud Pública Oral; Máster
en Odontología Familiar y Comunitaria.)
Raposo Correa, Sara (Odontóloga en Servicio Andaluz de
Salud, Máster Salud Pública Oral)
INTRODUCCIÓN
El
seno maxilar suele ser el mayor de los senos paranasales y se aloja principalmente
en el cuerpo del maxilar superior, también denominado antro de Highmore
(término que significa cavidad o espacio hueco en el hueso), descrito por primera
vez por Nataniel Higmore, anatomista inglés del siglo XVII. 1
Es
el primero de los senos paranasales en desarrollarse y se constituye a las diez
semanas de vida intrauterina. Al nacer el seno maxilar mide menos de 5 mm, la
neumatización se produce con una velocidad de 2 mm por año y su volumen
promedio es de 15 mL. El seno maxilar crece a medida que lo hace todo el hueso
maxilar superior, siguiendo el desarrollo general de la cara y también de la
erupción de los dientes (hacia los 12 años). Después de brotar el segundo molar
permanente ya ha adquirido casi el tamaño y la forma del adulto, y es definitiva
después del brote del tercer molar, entre los 18 y 25 años de edad.
Cuando
finaliza el crecimiento dentomaxilofacial, el suelo del maxilar adquiere sus características
anatómicas definidas, entonces los dientes y el seno tienen las relaciones de
continuidad clásicas, sujetas solamente a sus variaciones individuales. 1,2
El
mayor de los senos paranasales tiene la función de dar resonancia a la voz, actuar
como cámara para calentar, humedecer el aire que se inspira, aligerar el peso
del cráneo y proteger las estructuras intracraneales de los traumatismos. El conocimiento
exacto de la anatomía topográfica del seno maxilar es de gran importancia para
el estomatólogo general, pues le permite reconocer la diversidad de lesiones
sinusales de origen bucal y prevenir cualquier tipo de maniobra intempestiva. 3
Las estrechas relaciones entre el suelo del seno maxilar y las fosas nasales
con los ápices de los dientes del maxilar superior, explican por qué estas
cavidades pueden verse afectadas a menudo por procesos infecciosos
odontogénicos y dañadas por mecanismos tan sencillos como una exodoncia
convencional. 4 - 6
De
hecho, la comunicación bucosinusal es una condición patológica que produce una
solución de continuidad entre la boca y el seno maxilar, como consecuencia de la
pérdida de tejidos blandos (mucosa bucal y astral) y duros (diente y hueso maxilar).
La génesis de esa modalidad de comunicación es variada y puede ser iatrogénica,
traumática o asociada a otras entidades clínicas; 7 sin embargo, la existencia
de una infección concomitante, especialmente en un seno maxilar infectado,
variará las manifestaciones clínicas y el tratamiento en cada caso, pero se
afirma que la mayoría de las técnicas quirúrgicas suelen fracasar por no
haberse eliminado previamente el proceso séptico. 8,9
La
frecuencia con que aparecen las comunicaciones bucosinusales, la diversidad de criterios
en cuanto al diagnóstico y tratamiento, el cual resulta muchas veces inadecuado,
así como la necesidad inmediata de contar con estomatólogos generales
integrales de amplio perfil.
COMUNICACIÓN
BUCOSINUSAL
Es una condición patológica que se
caracteriza por existir una solución de una continuidad entre la cavidad bucal
y el seno maxilar, como consecuencia se puede dar por la pérdida de tejidos
blandos, como: (mucosa bucal y sinusal) y de tejidos duros (dientes, y hueso
maxilar).
Etiología
Al valorar los agentes etiológicos
causantes de una comunicación bucosinusal, se deben tener en cuenta todos los
procedimientos terapéuticos dentarios capaces de afectar a la estructura del
seno maxilar, puesto que está ampliamente demostrado en la bibliografía medica
que al menos el 15%de los cuadros infecciosos del seno maxilar son de origen dentario
o relacionado con él. Sirva como ejemplo una situación tan frecuente en nuestra
clínica diaria en el momento actual como es la cirugía implantológica del
maxilar en sus sectores posteriores, donde los propios implantes pueden ser
causa de la aparición y el mantenimiento de una sinusitis maxilar o incluso del
abastecimiento de una comunicación bucosinusal; o bien cómo, al no considerar
la cercanía del seno maxilar durante el manejo de instrumentos odontológicos en
los premolares y molares, se posibilita la introducción de estos en la cavidad
antral, estableciéndose una comunicación. En estudios que valoran las complicaciones
asociadas con la extracción de los molares superiores, la aparición de
comunicaciones bucosinusales se contempla entre el 0.4 y el 1% de los casos.
Entre las causas de origen
odontológicos que producen una comunicación bucosinusal destacaríamos:
-Fractura del suelo del seno maxilar durante
una Exodoncia simple o quirúrgica.
-Introducción de dientes completos o parte
de ellos dentro del seno durante la realización de una extracción dentaria.
-Empiema por raspado excesivo del
alveolo tras la Exodoncia.
-Colocación de implantes dentales
especialmente en casos de atrofia del hueso alveolar en sectores posteriores.
En lo que se refiere a las infecciones
por vecindad a través de la mucosa del suelo del antro intimo contacto con
abscesos apicales de los denominados dientes antrales, en este apartado debemos
considerar igualmente las infecciones del seno maxilar que son capaces de
establecer una comunicación bucosinusal en sentido craneocaudal, es decir, a la
inversa de las ya mencionadas de origen odontógeno. De todas ellas consideramos
pertinente encuadrar en este capítulo las siguientes:
-Quistes de retención de la mucosa del
seno maxilar, sobre todo con procesos de sobreinfección del contenido
intraquísitico.
-Osteomielitis por diferentes causas.
-Neoplasias benignas de la mucosa
sinusal.
-Tumoraciones malignas: no consideramos
en este apartado las lesiones malignas de la cavidad antral propiamente dicha o
que la afecten, puesto que exigen un procedimiento quirúrgico más agresivo que
excede los límites de este capítulo.
Manifestaciones Clínicas
Una comunicación Bucosinusal no produce
generalmente, en su momento inicial, unos síntomas clínicos claramente
definibles ni fáciles de interpretar por el propio paciente. Si la comunicación
se establece por una causa yatrogenia, es decir por un accidente traumático que
perfora el suelo del seno maxilar , existe en sus estadios iniciales una
sensación de dolor leve , ligera tumefacción y además en la zona tratada , que
no suele
desvelar la comunicación establecida
ni es fácil interpretar por el paciente ni por el profesional .Si no se produce
el cierre espontaneo de dicha comunicación dado que la instauración del coagulo
no es suficiente para permitir la correcta cicatrización de aquella a causa del
flujo de gérmenes de la cavidad bucal hacia el seno, la comunicación se amplia
, y aunque probablemente desaparecerán los síntomas de dolor y tumefacción , el
paciente comienza a notar la entrada de líquidos y la pérdida del aire (maniobras
involuntarias de vasalva). En caso de seguir evolucionando sin tratamiento se
puede experimentar la salida de líquidos por la nariz durante la ingesta e
incluso como hemos visto en algún caso la salida de sólidos alimentarios por los
orificios nasales.
Cuando la comunicación se establece debido
a un proceso infeccioso y no a una maniobra iatrogenia existe el antecedente
clínico del cuadro infeccioso dentario, apical o periapical, o en su caso de
infección del tejido periimplantario con toda su sintomatología de dolor
intenso, inflamación imposibilidad de masticación, etc.
Al establecerse de estos casos la
comunicación Bucosinusal se suele acompañar de una reacción más aguda de la
mucosa del seno maxilar debido a la contaminación inmediata con el cuadro
infeccioso abscesificado o no de origen dentario o periimplantario, por lo que
existe un cuadro álgido más florido que en los casos anteriores.
En cualquiera de ambas situaciones suele
establecerse una sinusitis maxilar aguda o crónica con los síntomas y signos ya
referidos.
Diagnóstico
El diagnostico dependerá en gran
medida del tamaño de la comunicación y de su tiempo de evolución. Como ya se ha
mencionado, cuando hay una mínima comunicación entre el seno y la cavidad bucal
del corto tiempo de evolución, los síntomas y signos son escasos y difusos, por
lo que no es fácil establecer el diagnóstico de sospecha. Si, por el contrario,
la comunicación es amplia y su tiempo de evolución, prolongado, evolucionara
con una serie de síntomas y signos clínicos que permitirán establecer el
diagnóstico de la sospecha de la perforación en una correcta y mínima
anamnesis, incluso detectando los agente etiológicos y posibilitando la
realización de una serie de pruebas complementarias que confirmen el
diagnostico.
Al igual que en casi todos los
procedimientos, el diagnostico se basara en la anamnesis, la inspección, la
palpación y el estudio radiológico.
Anamnesis
Comenzará por la realización de una
breve historia odontológica, en la que son de extraordinaria importancia los
procedimientos terapéuticos que el paciente refiera que se hayan realizado
recientemente , en especial en la hemiarcada afectada , como son los
tratamientos radiculares , la cirugía implanto lógica , etc. , así como la
posibilidad de que hayan existido maniobras intempestivas o procesos de
evolución tórpida. De la misma manera, se investigara la existencia de procesos
agudos o crónicos de carácter infeccioso en los premolares y molares del sector
en estudio. Una anamnesis correcta permitirá discernir sobre la posibilidad de agentes
etiológicos de carácter infeccioso iatrogenia y conocer cómo, donde, cuando y
desde cuando aparecen los síntomas que el paciente refiere, relacionándolos con
los procesos recogidos en la historia odontológica.
Inspección y Palpación
También en función del tamaño y el
tiempo de evolución de la comunicación, esta podrá diagnosticarse mediante una
simple inspección de la cavidad bucal o no. Efectivamente, si la comunicación
es de gran tamaño , se observara una perforación en el fondo del vestíbulo , en
el proceso alveolar o incluso en la bóveda palatina, con bordes nítidos y marcados,
y ausencia de soporte óseo, si por el contrario la comunicación es reciente o
de pequeño tamaño, la simple inspección no será suficiente para detectar la
existencia de la perforación y será obligado explorar la zona estudiada con
algún instrumentos plástico o metálico que facilite la localización de la
perforación. Para llevarlo a cabo se utilizan las sondas de Bowman, de uso
frecuente en oftalmología en el sondaje de los conductos lagrimales; estas
sondas al tener borde romos y distintos calibres , son de gran utilidad en la
búsqueda de la perforación e incluso de su recurrido hasta el seno maxilar y
aportan más datos sobre el tamaño , el tiempo de evolución y las causas
posibles .
Durante la inspección de la palpación
se recorren minuciosamente los tejidos en la vecindad de la lesión y se valora
su situación para la utilización posterior en la fase de tratamiento. En
ocasiones, aunque es poco frecuente, se aprecia un tejido excrecente y
mamelonado como crecimiento reactivo alrededor del punto de perforación,
habiéndose descrito incluso la existencia de pólipos maxilares o incluso
sinusales protruyendo a través de una comunicación Bucosinusal.
Estudio Radiológico
Aunque el diagnóstico definitivo mediante
examen radiológico se determina en ocasiones con una simple radiografía peri
apical o retro alveolar, lo habitual es el empleo de las proyecciones extra
bucales, en la que podemos apreciar la cavidad bucal, el seno maxilar y el
trayecto de la comunicación.
Entre las proyecciones extra bucales
de uso más frecuente en la clínica diaria destacan la ortopantomografia y la
proyección de Waters, con la placa en posición vertical, la cabeza inclinada en
un ángulo de 37 del plano de Frankfurt con el eje de la placa, la boca cerrada,
el mentón en contacto con la placa y el haz de rayos a la altura del occipital.
Esta proyección occipitomentoplaca que evita la superposición de los peñascos
es, a nuestro juicio más útil para el establecimiento del diagnóstico que otras
proyecciones posteroanteriores como las de Grashey y Blondeau.
Para obtener más información sobre la
perforación, y sus relaciones anatómicas y el trayecto fistuloso, los
radiólogos introducen a veces objetos metálicos (tipo de sonda Bowman) por la
perforación a través de todo el trayecto hasta el seno maxilar o bien
introducen contrastes antes de realizar la exploración radiológica (lípido) que
rellena el trayecto fistuloso y produce un nivel en el seno maxilar (llamada
también fistulografía).
Además de estos métodos convencionales
de radiología simple se utilizan hoy cada vez con más frecuencia métodos
exploratorios radiológicos más complejos como la fotografía computarizada o la
resonancia magnética para diagnosticar este tipo de lesiones. Incluso, algunos
autores como Abraham, defienden que muy pocas veces se diagnostica una comunicación
buco o nasosinusal mediante exploraciones radiológicas normales. La resonancia magnética
y, sobre todo, la tomografía computarizada son métodos de diagnóstico por la imagen
muy utilizados desde hace tiempo desde la valoración de la inflamación de la
mucosa del seno maxilar, habiendo llegado el análisis del imagen del tomógrafo
a tal especialidad, que es capaz de discernir entre las inflamaciones antrales
de origen propiamente sinusal y las inflamaciones de origen propiamente sinusal
y las inflaciones de origen dental, dividiendo incluso los procesos inflamatorios
del antro en cuatro grupos según su origen y evolución. La utilización de estos
métodos más sofisticados para diagnosticar las comunicaciones bucosinusales
permite aportar una serie de datos de difícil obtención empleando la radiografía
simple; con estos se pueden valorar el tamaño de la fistula, el grado de la atrofia
alveolar, la naturaleza de la lesión de la mucosa sinusal, las características
del hueso y la mucosa circundante a la perforación y, por supuesto, las
lesiones dentarias concomitantes y su relación con el proceso estudiado.
Tratamiento
En el tratamiento de la terapéutica quirúrgica
de las comunicaciones bucosinusal es imprescindible, partir del siguiente axioma:
antes de proceder al cierre de comunicación debemos conseguir que el seno este
limpio y sano. En efecto , para asegurar el éxito del tratamiento quirúrgico de
una comunicación bucosinusal es indispensable que el seno maxilar afectado se
encuentre en buen estado, si esto no ocurre y se obtura una comunicación sin
tratar la cavidad antral medica o quirúrgicamente el resultado será casi
siempre la recidiva de la perforación . Cuando sea adecuado un tratamiento médico,
este se llevara a cabo mediante antibioterapia sistémica generalmente por vía
oral y terapéutica antiinflamatoria, combinadas con medidas locales consistentes
en aerosoles con irrigaciones de antibióticos locales y en ocasiones con el uso
de corticoides.
Si se considerara pertinente el tratamiento
quirúrgico del seno maxilar como única terapéutica resolutiva, se practicara la
intervención radical de caldwell-luc mediante esta se extirpa la mucosa sinusal
enferma y se mantiene una amplia vía de ventilación del antro que facilita una reepitelización
de la mucosa.
CONCLUSIÓN
En conclusión, en lo que se refiere al
enfoque terapéutico de las comunicaciones bucosinusales, cabe firmar:
1. En ningún caso se puede resolver
una comunicación bucosinusal si no se trata correctamente el seno maxilar.
2. La actitud terapéutica es idéntica
para las comunicaciones y buconasales, efectuando la actuación quirúrgica sobre
el seno maxilar.
3. El odontólogo / estomatólogo
general se encuentra ante el compromiso de saber siempre que debe hacer ante
una comunicación bucosinusal, conocer perfectamente si diagnóstico para
tratarla correctamente mediante las obturaciones adecuadas si procede o saber
diferirla al especialista en cirugía bucal y maxilofacial.
4. las comunicaciones bucosinusales
requieren siempre un tratamiento quirúrgico reglado y completo; las soluciones
intermedias conducen siempre al fracaso.
5. La resolución de las recidivas de
una comunicación bucosinusal producidas por tratamientos anteriores erróneos o
incompletos presenta siempre una dificultad mayor para el cirujano y un
pronóstico peor para el paciente.
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